#TalDíaComoHoy
En 1790 nace Juana Ramirez. Primera en avanzar y enfrentar con valentía al enemigo en las batallas de la primera década del siglo XIX ¡Heroína independentista de la Patria!
Biografía de Juana Ramírez, llamada La
Avanzadota. Mujer
valerosa que luchó por la independencia venezolana.
Juana Ramírez se destacó por su
pasión patriota, su deseo por la libertad, y
su entrega a la lucha independentista. Defendió a
Maturín del ejército de Domingo Monteverde en
1813, aquel glorioso 25 de mayo cuando logró que este
grupo de
mujeres se dirigiera hacia el enemigo español, y con gran valentía se
les enfrentó hasta que los realistas cayeron
vencidos.
Juana nació en 1790, en un poblado llamado
Chaguaramal, cerca de Maturín, en tierras de la
provincia de Barcelona. Su madre, llamada Guadalupe
Ramírez, era una negra esclava, traída de
África y comprada por la familia
del General Andrés Rojas.
La negra Guadalupe y su hija se dedicaban a trabajar
las tierras que la familia Rojas
tenía en
Chaguaramal.
Se dice que su padre fue uno de los Generales Rojas:
Andrés o José Francisco. Doña Teresa
Ramírez de Balderrama crió a Juana, la
protegió y le dio su apellido.
Así, pues, la niñez de Juana
transcurrió en las haciendas del General Rojas en
Chaguaramal.
En 1813, Maturín era una aldea de casas con paredes
de bahareque y techos de paja. Era una aldea muy
pequeña. Perteneciente a la provincia de Barcelona.
La noticia de los sucesos de 1810 y las ideas
independentista habían llegado a través de un
rico ganadero maturines que se hallaba en Trinidad e
inmediatamente ganaron adeptos.
La Familia Monagas y los Rojas, entre otras,
rápidamente se unieron a la lucha y formaron sus
ejércitos con los esclavos de sus haciendas.
Siendo Juana, una adolescente de 15 años, ya se
interesaba en acompañar al General Andrés Rojas a
realizar las labores de la guerra
independentista.
Estuvo en las batallas que se realizaron en las
cercanías de Maturín, contra Antonio Zuazola, de
La Hoz, Monteverde y Morales. Era una negra alta, con mucho
carácter y un gran coraje. Sabía
infundir a sus compañeros un gran ímpetu hacia la
lucha patriótica.
Por los alrededores de Maturín, se ganaron cuatro
batallas, entre 1813 y 1814: el 25 de mayo de 1813 (Alto de los
Godos), Los Magueyes, Aragua, Uracoa. Se perdió una
batalla, y con ella, se hundió no sólo
Maturín sino también la Segunda
República.
En la batalla del 25 de mayo de 1813, Juana tuvo una
significativa actuación. Ese día patriotas y
realistas se enfrentaron en una dura lucha que tuvo su final al
oscurecer el día.
En el norte de Maturín, en la sabana llamada Altos de
los Godos se reunieron los patriotas, esperando a Monteverde
con sus dos mil hombres, que venía desde la Cruz de la
Paloma.
Como a las 11 de la mañana empezó el fuego.
Los patriotas eran menos en número de soldados.
Cerca de la Plaza Piar de Maturín, un grupo de
mujeres bien resueltas se encontraban luchando también.
Comandadas por Juana Ramírez, con apenas 23 años,
atacaban al enemigo, atendían heridos y hasta disparaban
cañones.
La Batería de Mujeres la formaban, además de
Juana Ramírez, "María Antonia (abuela de Eloy
Palacios) y Juanita Ramírez, Marta Cumbale, Valentina
Mina, Graciosa Barroso de Sifontes, Vicencia y Rosa
Gómez, Dolores Betancourt Mota, Carmen Lanza y Luisa
Gutierrez, Isidora Argote, Eusebia Ramírez, Guadalupe
Ramírez, Rosalía Uva, María Romero de
López, Josefa Barrosos, Juana Carpio y Lorenza
Rondón".
Desde Altos de los Godos llegó la noticia de que los
patriotas se les estaban acabando las municiones.
Eran casi las 4 de la tarde, así que el Comandante
Felipe Carrasquel, jefe de los patriotas en este encuentro,
ordenó a Juana avanzar hasta Los Godos. Juana y su
batería de mujeres, con gran coraje y valentía,
iniciaron su avanzada.
Entre disparos y cañonazos llegaron a auxiliar a los
patriotas. En la batalla también estaban José
Francisco Azcue y Manuel Piar viendo cómo la negra Juana
luchaba con tanto esmero. Monteverde no le quedó
más remedio que huir ante tal arremetida y dejó
al Comandante Antonio Bosch y al Capitán Pedro Cabrera y
otros en la batalla. Bosch y Cabrera murieron, al rato, bajo
las lanzas patriotas.
Como premio del triunfo los patriotas ganaron: armas,
municiones, 6.000 pesos de plata, 3 cañones entre otros.
Y los cofres de Monteverde.
Las bajas fueron: 479 efectivos muertos, 27 oficiales
relistas y centenares de muertos.
Juana Ramírez se encargó, al terminar la
batalla de dar sepultura a los realistas caídos. Estos
fueron enterrados en un sitio llamado la "Mata de la Muerte",
al pie de un árbol ubicado frente a la Iglesia San
Ignacio, en lo que hoy es Fundemos.
El 25 de mayo de 1813 se salvó Maturín. Sin
embargo, el 11 de diciembre de 1814 la ciudad cayó en
las manos asesinas del español Tomás Morales:
arrasó con la aldea, quemó todas las casas y
asesinó a todos los ancianos, niños
y mujeres que pudo.
En su mayoría era la población caraqueña y del centro
que se había venido a Oriente cuando Boves entró
a Caracas. Con esta batalla se termina de perder la Segunda
República. Los patriotas sufren una gran derrota.
Los pocos que se salvaron lograron irse a las
montañas y desde allí en forma de guerrilleros
combatieron a los realistas. Se alimentaban de ganado perdido
por el monte, plantas y
otros animales
salvajes.
Con el tiempo se
atrevieron a fundar algunos poblados, cercanos a los que
estaban antes de la quemazón de Morales. Juana
siguió luchando como guerrillera por las montañas
de El Tigre.
Al independizarse Venezuela,
Juana se estableció en Guacharacas (hoy San Vicente),
Monagas. Formó una pequeña familia con sus cinco
hijas: Clara, Juana, Juana Josefa y Victoria. Allí
vivió de la agricultura.
Murió en 1856, a los 66 años. Fue enterrada en el
cementerio antiguo de Guacharacas en El Bajo. Un monumento,
construido en 1975, recuerda el sitio donde reposan sus
restos.
Y allí casi al final de Av. Bolívar, cuando se acerca a la Av.
Raúl Leoni, se encuentra el monumento que le rinde
honores a tan admirada mujer.
Allí está la Redoma de Juana La Avanzadora, en
su estatua de bronce con el machete en la mano, arengando a los
que luchan por la libertad. Que su monumento sirva para
recordar que la libertad es un bien que debe conquistarse y,
luego, defenderse.